Pedro Caracuel
Morales nació el 24 de noviembre de 1961, en el municipio cordobés de Lucena, aunque
desde pequeño ha vivido en el campo, en la zona de “Los Cuatro Cerros”.
Allí ayudaba a las tareas diarias a sus padres, como por ejemplo, al cuidado de
los animales o en la venta que tenían, “El Ventorrillo”. Diariamente iba, junto
a su hermana y su hermano, en bicicleta hasta la autovía donde le recogía un
hombre que iba para el pueblo para poder asistir al colegio.
Cuando tenia 14
años, sus padres decidieron mudarse al pueblo y abrir el negocio que ya tenían
allí. Siempre ha querido ayudar en casa a todo lo posible, de ahí que decidiera
abandonar los estudios y se dedicará al negocio junto a su familia, un negocio
dedicado a la hostelería, restaurante “El Valle”
Pedro y sus dos
hermanos continuaron con el negocio familiar cuando su padre se jubiló y,
actualmente, solo él y su hermana Pilar se dedican a hacer evolucionar el
negocio.
Es un hombre
emprendedor que siempre intenta mejorar su trabajo y su negocio, de ahí, que
decidiera abrir un salón de celebraciones, “La Cepa Vieja”, junto a su mujer
Puri.
Sus objetivos
laborales es seguir avanzando, hacer crecer a la empresa y mejorar tanto en lo
laboral como en lo personal.
—¿Cómo surgió la idea de la empresa?
¿Obtuvisteis alguna financiación inicial o alguna ayuda económica?
—La idea surgió
a través de un “ventorrillo”, dónde, se comercializaba con productos
alimentarios y al mismo tiempo se ofrecía el servicio de hostelería.
Posteriormente, se creó un restaurante de nombre “El Valle”, cuyo dueño era mi padre, Rafael Caracuel, y pasó a ser propiedad al cabo de unos años de sus
hijos.
En relación a la
financiación inicial, al poseer terrenos donde se trabaja con el mercado de las
aceitunas, se pudo llevar a cabo la implantación de dicho negocio.
—¿Fue difícil ponerse de acuerdo entre
todos los hermanos una vez se traspasó el poder del negocio?
—No supuso
ninguna dificultad puesto que el entendimiento entre nosotros fue favorable y rápido.
Por un lado, mi hermano Juan decidió abrir su negocio individualmente. Y, por
otro lado, mi hermana Pilar sigue trabajando conmigo dentro de cocina en dicho
restaurante.
—¿Has tenido problemas en el negocio de
cara al público o entre los dueños? ¿Cómo los gestionaste?
—No, ya que el
trato con nuestros clientes es cercano, familiar y cordial. En el restaurante se respira un
ambiente muy agradable que favorece el entendimiento.
— ¿Cómo definirías el trato entre los
trabajadores? ¿Ha habido algún proceso de selección para escogerlos?
— Los valores
que se plasman dentro del equipo es de trabajo colectivo cuya finalidad es
cooperar de forma conjunta para que el cliente se sienta satisfecho con el
servicio ofrecido.
—¿Hay algún trabajador que haya estado de
prácticas o hay algún programa de prácticas para aprendices?
— Sí, llevamos
varios años participando con empresas que faciliten la incorporación y el
aprendizaje de estudiantes. Esto provoca en la empresa, una renovación de la
plantilla la cuál incluye nuevo personal con nuevas ideas y sobre todo con
muchas ganas de aprender.
—¿Crees que si el negocio se creará de
nuevo se cambiaría algo? ¿Consideras que ha habido muchos fallos en la
creación?
— No, puesto que
la evolución de este ha sido siempre satisfactoria a lo largo de su existencia,
y ha favorecido tanto al personal como a los clientes.
No, ya que, a
pesar de algunos altibajos, siempre nos hemos sabido sobreponer a la situación.
—¿Cómo ha afectado la crisis a tu
negocio? ¿Te has visto obligado a despedir a trabajadores o subir mucho los
precios para poder seguir adelante?
— En relación a
otros negocios de hostelería, nos hemos visto afectados por dicho período. No
obstante, nuestra situación ha sido diferente ya que algunos de ellos se vieron
obligados a cerrar, y en nuestro caso esta acción no se llevo a cabo.
Tras la crisis,
se realizaron numerosos cambios. Específicamente, se produjo algún despido,
aunque la prioridad dentro de la empresa era mantener el mismo equipo de
trabajo. Además, nos vimos obligados a reducir los precios con la finalidad de
mantener la clientela y se incorporaron técnicas como “Sugerencias de la
semana” y “Ofertas del día”.
Actualmente, las
ofertas añadidas en este período se conservan junto a nuestra carta.
—¿Qué expectativas de futuro planteas
para la empresa? ¿Hay posibilidades de expandirse?
— Uno de los
objetivos pensados, es renovar la decoración interior. Además, queremos seguir
innovando en la creación de los platos, introduciendo recetas nuevas para
adquirir más variedad de público.
Nos gustaría
seguir ampliando el negocio, pero esto implicaría más trabajo para mis hijas ya
que mi idea principal es que estas sean las próximas dueñas del restaurante.
—Actualmente esta muy presente el tema de
la igualdad entre hombres y mujeres, ¿es un tema presente en la empresa? Es
decir, ¿ha habido algún caso de machismo o alguna desigualdad entre alguno de
los trabajadores?
— Sí, es un tema
presente puesto que uno de los valores que implantamos en el negocio es la
igualdad entre géneros sin ningún tipo de distinción.
No ha habido
ningún problema en torno a la discriminación entre géneros, ya que el número de
mujeres y hombres dentro de la plantilla es muy igualado.
— Personalmente, ¿cómo afecta a tu vida
personal el trabajo y su horario? ¿Crees que tus hijas van a seguir con el
negocio?
— Mi tiempo es
limitado puesto que solemos tener el restaurante prácticamente abierto los 365
días que tiene el año, ya que este tipo de negocio exige mayoritariamente una
apertura diaria.
Respecto a lo
personal, no dispongo de mucho tiempo para dedicarlo a la familia, pero aún así
intento disponer de algunos días de descanso para dedicarme a ellas.
Desde mi punto
de vista, creo que ambas seguirán con el negocio. Esto significa la
introducción de la tercera generación en el negocio familiar.

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